La energía mental es tan importante como tener energía física, es lo que permite que te concentres, que aprendas, que tengas buena memoria, que cometas menos errores y que tu desempeño en el trabajo sea alto, también ayuda a que disfrutes más las cosas y a que estés más presente en todo lo que haces.
Y así como tu cuerpo se cansa, a tu mente también le pasa. Cosas como el estrés, nunca tomar descansos y el exceso de trabajo pueden afectar los niveles de energía e incluso puede matar tu productividad y llevarte al punto en el que despertarte en la mañana se sienta como una tortura y constantemente sueñas con renunciar a todo.
La fatiga es un problema real que parece estar en aumento en la actualidad, pero tampoco es algo absoluto, se puede solucionar con algunos cambios simples en la rutina diaria y es especialmente importante identificar los puntos más problemáticos y las causas para poder darle la vuelta a las cosas.
No vas a lograr muchas cosas ni a terminar tus pendientes si no tienes la energía mental para hacerlo y todo va a ir empeorando si simplemente ignoras el problema y no te tomas el tiempo de hacer algo al respecto, y lo que hay que saber es que no se requieren soluciones extremas o muy complicadas para lograrlo.
La energía mental, los errores que la destruyen y cómo solucionarlo
Tener el calendario lleno todo el día
Es fácil pensar que la mejor manera de lograr cosas es haciendo cosas todo el tiempo y todos los días, y sin duda eso puede funcionar pero solo por un tiempo.
Lo que pasa es que la capacidad de concentración es limitada, además la energía del cerebro va bajando conforme haces más y más cosas, así que tener la agenda llena todo el tiempo y trabajar 24/7 llega a destruir la energía por completo e incluso puede hacer que no tengas claridad o que se te dificulte hacer las tareas más simples.
¿Qué hacer al respecto? Los expertos dicen que es importante tomar aunque sea unos minutos de descanso después de hacer algo intenso, como enfocarte en un proyecto importante, y algunos creen que hay que tener varios momentos cortos de descanso a lo largo del día, ya que son esenciales para despejar la mente. No descansar para tener más horas “productivas” no es lo más inteligente del mudo.
Dormir muy poco o demasiado
Dormir es una necesidad y no solo ayuda a que tengas energía física, tu cerebro también necesita suficientes horas de sueño para recuperarse y funcionar correctamente, lo que no muchos saben es que dormir en exceso también puede ser negativo y dañino.
De acuerdo con Forbes, dormir demasiado hace que te sientas letárgico y sin energía, además de que descontrola tus patrones de sueño.
¿Qué hacer al respecto? La ciencia dice que hay que practicar la higiene de sueño, que consiste en crear un espacio ideal para dormir, pero también en tener y respetar un horario, tanto para ir a dormir como para levantarte por la mañana, así te aseguras de que la cantidad de sueño sea correcta.
No divides tus tareas en partes pequeñas
Claro que hay situaciones en las que hay que ver “The Big Picture”, pero enfocarte solo en el resultado final puede ser abrumador y estresante, y el estrés y la ansiedad aumentan el cansancio y la fatiga. Hay que conocer el objetivo, pero querer hacerlo todo al mismo tiempo no es el mejor camino.
¿Qué hacer al respecto? Lo que más se recomienda es dividir tu meta principal en tareas más pequeñas que sean fáciles de manejar y de resolver, así hay mayor claridad sobre las cosas que puedes hacer, pero también logras que el objetivo sea más manejable y menos estresante.
Tomas demasiadas decisiones
Todos tomamos muchas decisiones en el día y esto es lo que nos lleva a la fatiga de las decisiones. Hay cosas que no puedes evitar, pero aumentar la cantidad de cosas entre las que debes decidir en el día hace que tu cerebro se sienta más fatigado y que su atención se divida entre cosas que tal vez no son tan importantes y no son las que te van a aportar los mayores beneficios.
¿Qué hacer al respecto? Hay que automatizar lo que se pueda, por ejemplo, creando una rutina en la que desayunes de manera similar todos los días, tengas un “uniforme” para la oficina para no estar pensando en lo que vas a usar o siguiendo la misma ruta al trabajo. Lo importante es que intentes reducir las decisiones y que busques soluciones rápidas y simples para las cosas que no son tan relevantes.
Estás siempre revisando tus redes sociales o el teléfono
El uso excesivo de tu teléfono y de las redes sociales son un problema, se trata de una distracción importante, además de que el bombardeo de información y de imágenes también consume mucha energía, además de que te puede generar una adicción e incluso problemas como la demencia digital, que afecta principalmente a la memoria.
¿Qué hacer al respecto? Es importante limitarse, tener momentos libres del teléfono o de tecnología y encontrar la manera de eliminar la distracción mientras trabajas, por ejemplo, poniendo tu teléfono en un cajón o apagando las notificaciones.
**Con información de GQ Mexico y Latinoamerica
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