Recientemente unos científicos comprobaron que olvidar no afecta el proceso de aprendizaje. Aunque, estos investigadores todavía están lejos de comprender cómo el cerebro gestiona el olvido como para proporcionar mayores respuestas, pero se están acercando un poco más.
El olvido no afecta el proceso de aprendizaje
En este nuevo estudio, los científicos que utilizaron gusanos C. elegans. Este es un organismo modelo para la investigación del cerebro. Gracias a su investigación, los neurocientíficos descubrieron que olvidar no revierte los cambios en el cerebro que resultan del aprendizaje.
Tampoco borraría lo aprendido, como sugieren algunas teorías.
En cambio, los científicos encontraron que el olvido genera un nuevo estado cerebral. Según pudieron comprobar, este sería diferente del que existía antes de que ocurriera el aprendizaje. Por lo tanto, se puede afirmar quelLo que se olvida no desaparece por completo y puede reactivarse con una especie de salto inicial.
Los científicos explican que, después de olvidar, a menudo podemos recordar lo que aprendimos antes. Su investigación arroja una nueva luz sobre cómo se produce el olvido en el cerebro a nivel de sistemas y sobre las moléculas. Con respecto a esto, los investigadores encontraron que parecen ser capaces de acelerarlo o ralentizarlo.
La base del trabajo podría usarse algún día para comprender los problemas de salud mental en los que el olvido sale mal. A veces esto hace que ocurra demasiado lento o demasiado rápido. Por ejemplo, podría servir para obtener claves para abordar trastornos como el estrés postraumático, donde los recuerdos aversivos persisten de forma agresiva.
Gracias a este estudio, los científicos pueden hacer hipótesis sobre las moléculas involucradas y los procesos involucrados, así como la actividad de las neuronas que son importantes para el olvido. Con estos datos, podrán proponer formas de comprender la patología de enfermedades neurológicas relacionadas.
Olvidar es parte de la función cerebral normal debido a la capacidad limitada del cerebro.
Hasta ahora se ha investigado poco sobre la naturaleza del olvido o cómo sucede en el cerebro.
Algunos estudios sugieren que cuando se olvida un recuerdo, simplemente se borra y se pierde el aprendizaje. Otras sugieren que la memoria y el aprendizaje se vuelven más difíciles de acceder durante el proceso de olvido pero permanecen de alguna forma.
El estudio utilizó gusanos a los que los investigadores enseñaron a identificar por el olor y a evitar una cepa de bacterias infecciosas que los enfermaba. Pero una hora más tarde, los gusanos se olvidaron.
Los investigadores decidieron analizar la actividad cerebral de los gusanos y los genes expresados en sus sistemas nerviosos. Todo con la intención de saber qué estaba pasando en sus cerebros.
Además, los científicos compararon a los gusanos que nunca aprendieron el comportamiento con los que acababan de terminar el entrenamiento. Gracias a esta comparación los investigadores vieron que la actividad neuronal y la expresión génica de los gusanos que olvidaron el comportamiento no regresaron al estado ingenuo de antes. Tampoco coincidieron con la actividad neuronal de los gusanos que acababan de ser entrenados.
Los científicos también analizaron si los gusanos que habían olvidado el entrenamiento podían recordarlo. Aquí descubrieron que al parecer podían hacerlo. Por lo general, se tarda entre tres y cuatro horas en entrenar a los gusanos. En este experimento, los que estaban siendo reentrenados completaron el proceso en unos tres minutos.
La conclusión directa a la que llegaron los científicos es que todavía hay rastros de memoria en su cerebro que se pueden despertar, que se pueden reactivar.
Los investigadores planean utilizar este estudio como punto de partida para continuar analizando los mecanismos del olvido. También para saber cómo se puede aplicar eventualmente a los problemas de salud mental.
** Con información de TekCrispy.
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