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Redacción.

POR LOS MUNICIPIOS | El bolero llegó a México en barco y ahora es Patrimonio Mundial


Por: Leticia Montagner


¿Sabía usted que la candidatura común presentada por México y Cuba con el título Bolero:

Identidad, Emoción y Poesía Hecho Canción fue aprobada el martes 5 de diciembre de 2023, en la 18 reunión del Comité de Patrimonio Inmaterial en Kasane, Botswana’

Se trata de la segunda inscripción de México en la Lista Representativa del Patrimonio Intangible durante el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.


En 2019 fueron incorporados a ese listado los Procesos Artesanales para la Elaboración de la

Cerámica de Talavera de Puebla y Tlaxcala, en una candidatura conjunta de México y España.

"El bolero es un elemento con un fuerte carácter lírico profundamente arraigado en Cuba y México. Tradicionalmente, la guitarra ha sido el instrumento utilizado para el acompañamiento, aunque también se interpreta con piano, percusión e instrumentos de viento.


"El requinto, la guitarra aguda de seis cuerdas, creado en México, es relevante en la práctica cultural por su función melódica y armónica, también utilizada en Cuba", detalla el documento presentado por ambas naciones.


Existen varias agrupaciones y conjuntos instrumentales y vocales, así como un amplio abanico de intérpretes solistas. La inscripción exige contar un plan de salvaguardia, elaborado por Instituto para la Preservación y el Fomento del Bolero en México (IPFBM), una asociación civil sin fines de lucro.


El primer bolero documentado se llama Tristeza y fue compuesto en 1883 por el cubano Pepe

Sánchez, en Santiago de Cuba. Declarado este 2023. Desde el este de Cuba se expandió al resto de la isla, luego a México y otros países de lengua española.


El género, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, entró a México por Yucatán a través de la compañía naviera Ward Line, que operó entre 1886 y 1946 la ruta marítima que cubría Nueva York, La Habana, Progreso, Veracruz y Nuevo Orleans.


De acuerdo con Rodrigo de la Cadena, a través de los barcos de vapor que atracaban en el puerto yucateco se produjo un importante intercambio cultural, por lo que la península tuvo acceso a los géneros artísticos más diversos de primera mano.


El primer bolero mexicano es Madrigal, registrado en 1918, del trovador Enrique Galaz, pero con letra del poeta y periodista Carlos R. Menéndez, fundador del Diario de Yucatán. Sin embargo, tampoco corrió con muy buena fortuna en el gusto del público.




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