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Redacción.

SIN LÍMITES | El gusto por el cine y la televisión de terror…


- México, el mayor consumidor de contenidos de horror en todo el mundo


Por Raúl Torres Salmerón


El Día de Muertos tiene su origen en las raíces indígenas de las culturas autóctonas de Mesoamérica, según los historiadores, para fusionarse con las creencias católicas y dar lugar a una festividad que sigue evolucionando con el paso del tiempo. El culto a la muerte era común entre las culturas prehispánicas.


En México, con motivo del Día de Muertos, los mexicanos nos hablamos de tú con la muerte y la recordamos al igual que a los seres queridos que se han ido. En Estados Unidos la fiesta del famoso Halloween tiene su origen en la cultura celta, de una fiesta conocida como Samhain. Los celtas celebraban el final de la cosecha de verano y se daba la bienvenida a los fantasmas de los familiares difuntos, que volvían al mundo de los vivos para reencontrarse con sus familias, recibidos en sus hogares especialmente decorados para ese día.


Con la llegada de los inmigrantes irlandeses a Norteamérica, el Halloween comenzó a celebrarse en Estados Unidos, llegándose a convertir en uno de los días festivos más importantes. El origen de la palabra Halloween viene de la variación de All Hallows’ Even que significa vísperas del Día de Todos los Santos.


Lo anterior viene a cuento porque desde hace muchos años, en cines y en la televisión predominan las películas y series de terror. En esta época es mayor ese predominio, pues el terror invade y les gusta a muchos en cine y televisión, juguetes, videojuegos, disfraces y un largo etcétera.


A finales de 2021, la organización estadounidense American Film Market en Santa Mónica, California, Estados Unidos, realizó un estudio de audiencias denominado The Relative Popularity of Genres Around the World, que dio como resultado que México es el mayor consumidor de cine de terror a nivel global apenas seguido por Corea del Sur, Rusia, Estados Unidos y Canadá.


El análisis fue realizado por Stephen Follows, escritor, productor y analista de la industria fílmica, y Bruce Nash, fundador de la empresa Nash Information Services.


La gran pregunta es: ¿Por qué gusta tanto el terror? Para los científicos el miedo es una respuesta evolutiva que pone a los humanos alerta en circunstancias de peligro y los lleva a reaccionar. La ciencia ha buscado respuestas. Un artículo, Sistemas Neuronales Disociables para el Miedo Agudo Incondicionado y el Miedo Sostenido, se publicó en la plataforma Neuro Image.


Los sujetos del estudio vieron dos películas de terror: El Conjuro 2, estrenada en 2016 y el filme Insidious, de 2010, ambos dirigidos por James Wan, mientras se medía su actividad cerebral. Estas fueron las conclusiones:


- El estudio revela cómo el miedo protege a los organismos vivos aumentando la vigilancia y la preparación y coordinando las respuestas de supervivencia durante encuentros que amenazan la vida.


- Los descubrimientos del estudio, realizado en la Universidad de Turku en Finlandia, fueron que las respuestas neuronales que se activan mientras una persona mira una película de terror, son similares a las que se activan cuando se encuentra en riesgo real.


- Los datos sugieren que el miedo agudo y sostenido son respaldados por vías neurales distintas, con el miedo sostenido se amplifican principalmente las respuestas sensoriales, es decir respuestas en órganos como las papilas gustativas, los ojos o el bulbo olfatorio, mientras que el miedo agudo aumenta la actividad en el tronco cerebral, el tálamo, la amígdala y las cortezas cinguladas.


- Para llegar a estas conclusiones, hicieron resonancias magnéticas en personas para estudiar las bases cerebrales del miedo sostenido y agudo.


El gusto por el cine y la televisión de terror…


La temporada influye


Por su parte, la directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara, Martha Catalina Pérez González, explica que en estas tendencias y la temporada de Halloween y Día de Muertos influye en el consumo de estos contenidos y agrega:


- En muchos casos el sujeto que ve estos contenidos necesita adrenalina y para estimular esa necesidad recurre a su consumo.


- Prácticamente nos hemos desensibilizado a diferentes formas de información real. A los ojos de las personas pueden parecer sosos, ya no provocan ningún tipo de emoción y por lo tanto recurrir a contenidos relacionados con el miedo o el terror generan secreción de adrenalina, un estímulo placentero en las estructuras cerebrales, sobre todo del sistema límbico, el cerebro emocional, que hace que la persona genere una adicción a este tipo de sustancias.


- Todo esto está sumado a toda una industria dispuesta a proveer este tipo de contenidos y su mercadotecnia en una especie de círculo en el que la audiencia eventualmente pide contenidos mucho más explícitos o complejos en las narrativas que proponen.


- Si esa sensación de adrenalina placentera no es suficiente, hay casos en los que será necesario dar otro paso y vivenciarlo, de ahí todas estas atracciones como la casa del terror, a donde van específicamente a asustarse y generar toda una serie de reacciones.


- El interés por circunstancias fuera de lo normal puede influir también en la naturalización de la violencia, de imágenes grotescas y asesinatos, la visión de la muerte de forma explícita y esto también es nos ha llevado como cultura a naturalizar tanto la violencia que es parte de nuestro, reírse de ello no lo hace menos amenazante.



Consecuencias del consumo


La psicóloga de la Universidad de Guadalajara, Martha Catalina Pérez González, directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica, indicó lo siguiente:


- Ansiedad, problemas de sueño y comportamientos agresivos y peligrosos son algunos de los efectos negativos que pueden tener las películas de terror sobre todo cuando las ven niños.


- Hay una paradoja entre prohibir y dejar de ver contenido relacionado al terror cuando hay en México noticias diarias que podrían catalogarse de terroríficas.


- Lo mejor sería distanciarnos de forma crítica de estos contenidos y entonces la persona que lo consume, sobre todo si es joven, pueda acceder a la información necesaria para procesarlo y para identificar lo que es ficción y lo que es real.


- Para los chicos es importante platicar con los suyos, con sus padres, con el tutor o sus profesores de estos contenidos y entonces analizar cómo se sienten o cómo les afecta en su forma de ser, si se está volviendo violento a partir de una película o de un videojuego, o si está modificando su forma de ser.


En fin, como escribió Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916), en su poema Lo fatal:


Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror...

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber a dónde vamos, ni de dónde venimos!


Contacto

raultorress@hotmail.com

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