A pesar de los importantes avances tecnológicos que se han hecho, el océano es uno de los sitios en la Tierra poco explorados.
Si nos ponemos a pensarlo, el humano lidia contra un ecosistema que está lejos de ser su hábitat y un sinfín de obstáculos se han impuesto para conocer el fondo marino. Pero, a pesar de esto, durante la segunda guerra mundial, se descubrió, que más allá de toneladas de arena, existen cordilleras marinas.
Si pensamos en la Tierra como un gran rompecabezas, donde las placas tectónicas actúan de manera directa en la formación de grandes cadenas montañosas, podemos pensar que lo mismo pasa en el océano y si quitáramos toda esa cantidad de agua, quedaría una corteza dinámica que constantemente está liberando energía de distintas formas.
«Así como las montañas se elevan sobre la superficie de la Tierra, los montes submarinos también se elevan sobre el fondo del océano», explica Science News.
Desde que se conoce que el fondo marino no es plano (como en algún momento se creyó), los investigadores se han dedicado a entender este complejo de cadenas, su dinámica e importancia para la vida marina.
Es así como un grupo de investigadores ha descubierto una de las cordilleras más grandes jamás antes vista que, duplica el número de montes submarinos de los que se tenían registro.
Mediante observaciones satelitales globales, se han revelado casi 20.000 montes submarinos previamente desconocidos, informan los investigadores en la edición de abril de Earth and Space Science.
Lo que se ha visto sobre estas zonas marítimas, es que son puntos calientes de biodiversidad marina, fungiendo una importante labor en la preservación de fauna. Las cadenas montañosas a menudo siguen teniendo constante liberación de energía, lo que hace que la actividad volcánica sea alta y las paredes de las mismas proporcionan una gran cantidad de hábitats.
De acuerdo con Science News, «los montes submarinos también promueven el afloramiento de agua rica en nutrientes, que distribuye compuestos beneficiosos como nitratos y fosfatos por toda la columna de agua».
Antes de este magno descubrimiento, los investigadores habían podido cartografiar más de 24, 600 montes submarinos. Existen diversas técnicas para poder localizar montañas subacuáticas, como es la de hacer ping al lecho marino con un sonar, sin embargo, implementar este método es costoso y lento.
Como una alternativa para lidiar con las desventajas de este método, Gevorgian, Sandwell y sus colegas recurrieron a las observaciones satelitales, que brindan una cobertura global de los océanos del mundo, para realizar un censo de los montes submarinos.
Los investigadores se dedicaron a buscar y analizar protuberancias milimétricas a escala, que son, generalmente causadas por la influencia gravitacional de una montaña submarina.
De acuerdo con Sandwell, «hay una atracción gravitacional adicional», esto quiere decir que, el agua suele acumularse sobre la montaña submarina. De esta forma fue como tuvo lugar el descubrimiento de 19,325 montes submarinos previamente desconocidos.
Se cree que las montañas descubiertas son de tamaños pequeños, alcanzando entre los 700 y 2500 metros de altura, al igual que, los investigadores consideran que existe la posibilidad de que algunas representen un riesgo para los navegantes.
**Con Información de Enséñame de Ciencia
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