Chihuahua, Ciudad de México y Baja California son las entidades con la mayor prevalencia de la violencia laboral que viven las mujeres en el país.
De acuerdo al Monitor de la mujer en la economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), Chihuahua es el estado con mayor prevalencia de violencia laboral para las mujeres con una tasa de 38.8%, seguido de la capital del país con 34.6%, en tanto, Baja California concentra 34.4 por ciento.
En la prevalencia de la violencia laboral se incluyeron las agresiones psicológicas, físicas, sexuales, salariales, así como la discriminación por razones de embarazo.
Después de las entidades referidas, siguieron Coahuila, Querétaro, Quintana Roo, Aguascalientes, Jalisco y Sonora, con más de 30 por ciento.
Otro de los hallazgos es que la mayoría de los estados del país concentra porcentajes por arriba de 20%, destacando Estado de México, Nuevo León, Tabasco, Puebla y Morelos.
Chiapas es el estado con menor prevalencia de violencia laboral entre mujeres, con una tasa de 17.2 por ciento.
Respecto al tipo de violencia laboral más común, destaca la discriminación, ya que 18% de las trabajadoras mexicanas han enfrentado al menos un acto de discriminación a lo largo de su vida, proporción que aumenta a 24% entre las mujeres de 25 a 34 años.
Las formas de discriminación más frecuentes son tener menos oportunidades que un hombre para ascender (11%) o recibir un menor pago que sus pares hombres (10 por ciento).
“La discriminación laboral aumenta conforme el nivel de escolaridad. Tres veces más mujeres con educación superior reportaron actos de discriminación en el trabajo en comparación con aquellas que alcanzaron educación primaria, lo cual puede atribuirse a mayores conocimientos para reportar los incidentes”, reiteró el Imco.
Además, se suma que la violencia laboral predomina sin importar la vocación económica de cada estado, no importa si se enfocan en servicios, comercios o actividades industriales.
Sobre ello, ahondó el Imco, la discriminación representa un motivo para que las mujeres busquen emplearse fuera de sectores predominantemente masculinos, como los sectores de la construcción, transporte o minería, donde la participación de mujeres alcanza 4, 10y 13%, respectivamente.
“La discriminación de género en el trabajo obstaculiza el crecimiento profesional de las mujeres, ya que puede aumentar el ausentismo y la pérdida de oportunidades”, advierte el instituto.
**Con información de EL ECONOMISTA
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