Por Ricardo Ramos Reyes
La llamaron la Puebla de los Ángeles
¡Qué ironía!
Con sus calles llenas de baches, Hoteles de paso, Oxxos, borrachos Y ambulantes
Que venden bolsos
A mujeres necesitadas
De un Louis Vuitton.
Hay también una catedral Que ha perdido su encanto, Llena de ruidosos turistas Que escuchan historias
De la Santa María de la Concepción. Veo a niños descalzos
Pidiendo dinero
A gente que acaba de comprar
Cosas a crédito.
Veo la suciedad en las paredes,
En los parques, en los puentes para "runners" Y en esa cosa llamada "La estrella".
Veo a gente despierta desde muy temprano
Buscando drogas duras
O una torta de tamal,
Las veo apresuradas, corriendo, Intentando detener el tiempo, Intentando alcanzar
Al camión que se les va.
En fin, veo cómo la muchedumbre pasa, Veo como la ciudad enferma
Enciendo un cigarrillo y me pregunto:
¿Por qué diablos aún la llaman la ciudad de los ángeles?
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